Tequila Bang nació como historieta por entregas a finales de los años 70 en la revista
Vinculada
desde su nacimiento a la izquierda española en general y al PCE en particular
(sobre todo en su última etapa), no es de extrañar que surgiera en sus páginas
un personaje como Tequila Bang, una joven de 24 años educada por los imposibles
monjes guerrero-budistas-leninistas del Valle del Loto, tras ser rescatada
cuando era un bebé de los restos de un avión español estrellado.
Con
la doble personalidad de todo héroe de aventuras que se precie, desde Pimpinela
Escarlata, El Zorro o El Coyote, hasta Superman, pasando por Hong Kong Fui,
Tequila es una top model (cuando aún no se había inventado eso) la mitad de su
vida y una especie de samurái solitaria, en combate continuo contra las
dictaduras, la pobreza y las desigualdades sociales, durante la otra mitad.
Hay,
es evidente después de este resumen, algo de parodia y humor disparatado, pero
hay también un mucho de aquel ingenuo idealismo que muchos teníamos durante los
años de la transición. Y hay, sobre todo, un más que curioso personaje, una
mujer fuerte y capaz, sexualmente liberada, emocionalmente independiente y
políticamente comprometida, que en la
España de aquella época aún nos parecía tan fantástica
como los Invasores de la TV que no podían doblar el dedo meñique.
Como dice Armonía Rodríguez, escritora y esposa de Víctor Mora, creador junto con Alfonso Font del personaje, en el prólogo al primero número cronológico de la historia, Huracán en Felicia, fue un milagro que naciera Tequila Bang, “española, mujer y de izquierdas”. Y que se editara, por supuesto.
Las caricaturas de abajo muestran a Víctor Mora
(guionista del cómic) y a Alfonso Font, Adolfo Usero y Carlos Giménez,
ilustradores, desde el Taller Premiá, de Tequila Bang.
Sólo
un último comentario antes de cerrar esta entrada, que, como siempre, me
llevará a otra. Y es que, sin el matiz ideológico del personaje, a mí Tequila
Bang me recuerda (y no por ello quiero decir que se haya inspirado ni mucho
menos, sólo que dado lo exótico de esa Lara Croft de los 70, no puedo dejar de
hacer la comparación) a Baby, periodista y espía de la
CIA , que llenó de lecturas mi adolescencia gracias a los
bolsilibros de Bruguera y a su autor, Lou Carrigan,
que por si no lo sabéis, os lo digo, se llamaba en realidad Antonio Vera
Ramírez y nació en Barcelona.
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