Viajar,
no importa la duración del trayecto, tiene estupendas compensaciones.
Reencontrarse con amigas que el trabajo y la vida mantienen alejadas es el
mejor de los premios tras el frío, la lluvia y los autocares a punto del desguace.
Avilés
tiene, además, bares con un encanto que los hace irresistibles y el Plazas, donde ayer me trataron como a una
reina, es uno de esos lugares que nadie debe perderse.
Gracias
a todas por estar allí, las que salís en la foto y las que nos miráis desde el otro lado.
Sentadas,
Ana Concejo y Victoria R. Gil. De pie, Mariví González Díez y Magnolias de
acero.